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Los malos hijos

Si es vergüenza tener
un hijo maleducado,
mayor vergüenza es tener
una hija desobediente.
La buena hija se casa bien,
pero la hija desvergonzada
llena de tristeza a su padre.
Una hija grosera avergüenza
a su padre y a su esposo,
y los dos la despreciarán.

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